La damisela se fundia en su silencio, donde siempre encontraba su verdad, y eso la incitaba a dejar a su alma expresarse, en libertad...
-Te susurraré al oido. Es mi regalo hacia ti...
Tus ojos pueden apreciar un castillo. Ahí, es donde reside el dolor del alma, las penas del corazón, y el dolor del cuerpo. Todo es gris, el lugar está repleto de injusticia y maldad. Al menos eso es lo que cuentan, las personas que han pasado por alla.
Un día, una doncella se encontraba ahí, y en vez de esperar a que su viaje por allí diera su fin, quiso y pudo ver más allá, no como todos los demás. Pues no sabía que iba a ser de ella, si no buscaba su felicidad, y dejaba el dolor atrás. Pudo ver una luz, entre tanta oscuridad, y fue así, que se fundió en ella, y nado en su mar. Detrás de todo el sufrimiento que había ahí, se encontraba con esa luz, que ilumnó a la damisela, y la guío en su camino, mostrandole la salida. No entendía que había encontrado, era algo nunca antes explorado. Y aún así, la dama entendió, o más bien, su corazón, que el dolor siempre ofrece esa luz, para aquél que la quiera encontrar, pues ella siempre supo que hay algo más dentro de tanta oscuridad, tenía que haberlo, y lo hubo... y lo hay.
Las primeras capas del castillo, parecian contener maldad, pero si uno se adentra en su profundidad, puede apreciar. Puede encontrar la fuerza; el motor de nuestra vida. La gran enseñanza que nos deja el sufrimiento, es que no siempre detrás de la oscuridad, se encuentra más oscuridad, sino que hay una gran fuente de conocimiento, y aprendizaje. Y aquél que lo desee, podrá beber de ella, y nutrir su ser. Y el gran regalo que nos otorga, en nuestra fuerza, la que nunca antes conociamos, pero que siempre en algún punto de nuestras vidas tenemos el placer de conocer.
-Necesitamos caernos y sufrir, necesitamos del dolor, de nuestras penas. Casi tanto como de las alegrías, de la risa, del amor. Pues allí donde duele y sangra, se encuentra la fuerza de nuestro corazón. Y ese es mi regalo para ti, amigo lector, hacerte saber el poder que hay en tu interior. Tenemos tanto para dar... y todo se encuentra ahí, más cerca de lo que te imaginas. Sólo tenemos que ir por eso que tanto anhelamos...
Que el universo conspire a nuestro favor.
Así es, y ya está hecho.
Firma: a Viajera cósmica b