la negra rodriguez

TRISTE ALBORADA

 Triste alborada

La noche llega  a sus linderos;

de aquel manantial de estrellas,

queda un último lucero

que poco a poco se vuelve imperceptible.

Mientras todos parpadeaban, quise atrapar

el más brillante, pero mis brazos cortos

no lograron su anhelo.

Miré mis manos que soñaron con ellos

pero están tan vacías  y lloran sombras tristes

 cuando el alba acaricia mis sombras.

El sol aún dormido besa la línea horizontal

yo  lo atisbo  a distancia con estos ojos  viejos

cansados de perseguir  luceros

y me convierto en nexo de la noche y el día.

Amanece  y,  mientras para el mundo

Una  nueva flor encendida se abre

ofreciéndose airosa, radiante, hermosa,

en mi alma palidece una última  rosa…

se va de la mano del último lucero