lemos maximiliano

Un beso inolvidable

Amanece en cantos de calandrias,
vuelos de ángeles que se pierden en el viento.
Brilla el rio, y se esconde de nosotros,
se vuelve inalcanzable para dejarnos caminar de la mano,
buscándolo, para encontrarnos.

 


Los arboles nos danzan en ritual pagano,
celebran el descuido de dos corazones que se encuentran.
El viento y el agua se hacen el amor,
nos inventan, ahora, en otros planos,
donde nuestros colores se mezclan apasionados.


 

El bosque es testigo, de nuestro encuentro,
perdidos entre escombros nos cruzamos
y nos tomamos de la mano casi sin querer.
Como si estuviera escrito nos leímos.
Y así me besas, sin más, sin decir nada,
y lo dices todo en silencio, a mi alma.


 

Y así te beso, entre almohadas,
colchones de nubes y celestes amanecidos.
Y nos entregamos a los labios que escapaban,
y se miraban de reojo con miedo a perderse,
 sin encontrarse todavía.

 


El bosque es testigo de nuestros labios,
los arboles sonríen de vergüenza ante tanto espasmo
de dos almas que se pedian a gritos sin que nadie las escuchara.
Y perdidos en el reflejo de las miradas acristaladas
y las manos que se juntan para no soltarse
nos perdemos caminando, ahora juntos.

 

 

Lemos Maximiliano Daniel.
Todos los derechos resevados