El ILETRADO

Adiós repentino

Tuve un adiós temprano

Un invierno sin pasar otoño

La suplica de mis palabras

Poco llegaron a tus oídos

 

Tu mirada quería que me quedara

Y tu corazón que me instalara,

Como un residente permanente

Solo que la lógica se opuso

 

Como el viento que abre puertas

La caída fue de golpe, sin respuesta

Sin derecho a réplica o explicación

In facto, al tiempo el hecho aconteció

 

Siempre soñé con la eternidad

Con la inmensidad a tu lado

La promesa perfecta y duradera

A cambio recibí un alto, un detente

 

Cuando dos almas andan juntas

Cuando dos cuerpos se encuentran

No siempre se encuentra la unión

Y entonces llega el adiós…

 

El Iletrado de la Villa