Juan de Marsilio

Luz

Has buscado no se qué
por sórdidas calles prostibularias.
Era la luz. La luz, no la luz roja
de los zaguanes de las casas
que alquilan piel y caricias
a los menesterosos.
Buscabas la luz entre el barro
(buscabas el barro,
pero una parte tuya, sin saber,
andaba
buscando
la luz).
Y por gracia de Dios
una parte tuya
pudo hallar un vestigio de luz
donde la luz jamás había estado
– o por lo menos no que se supiese.