Juan Manuel Hernández.

Historia de Soledad

Historia de Soledad.
 
 
 
La conocí hace mucho, éramos unos niños aún,
al verla comprendí que los ángeles eran perfectos,
y de vez en cuando uno bajaba hasta la tierra.
 
Llevas por nombre Soledad, misterioso sin dudar,
en tus ojos se veía esa profundidad,
En tus labios muy poco se veía una sonrisa,
y por alguna extraña razón no eras tan querida.
 
Pasó el tiempo, y tu mirada se tornó de desesperación,
te sentías tan sola que en todos lados querías estar.
¡Ay Soledad! Cuánto daño te hiciste,
Que hasta cambiaste tu actitud para ser aceptada en la sociedad,
Y no te dabas cuenta que para mí,
Estar a tu lado era necesitad…
 
Soledad, teníamos tanto en común,
Le temías al destino,
Al igual que yo.
Tenías esa pasión hacia lo que hacías,
Así como yo la tenía en apoyarte a ti…
 
¡Cuánto sufriste Soledad!
Al entregarle tu amistad a quien no la valoró,
Le diste tu confianza a quien no la merecía,
Y no te diste cuenta el daño que te hacías.
 
Soledad solo quería compañía,
Solo quería atención.
Soledad no quería estar sola,
Soledad al destino le pidió una explicación.
 
 
Soledad estaba decesperada,
Y ese fue tu peor error,
Porque confundiste la compañía con el amor…
 
 
¿Qué has eco Soledad?
Le entregaste el corazón a quien siempre te burló,
Callaste tus inquietudes,
Por miedo a la soledad,
Sonreías con falsedad,
Tu mirada ya no reflejaba tranquilidad;
Has cambiado Soledad,
Tu inocencia se borró en tu mirada,
Tu tranquilidad poco a poco se marchaba,
Y yo no podía hacer nada,
Porque nunca me dejaste ayudar.
 
Estás cansada de llorar,
Estás cansada de sufrir,
Ya no quieres ser el hazme reir,
Solo quieres saber,
¿Por qué huyen de ti?
 
Entregaste tu amistad,
Y no la valoraron,
Diste tu corazón,
Y contigo jugaron.
 
Esta noche de mayo,
Un frío arropa la ciudad,
La lluvia se convierte en tempestad,
Fui a tu casa para poderte hablar,
Y poder mi amor expresar,
Lleno de valor,
Veo la puerta entre abierta,
Y decido entrar.
 
Imaginate el dolor que siento Soledad,
Al ver que la mujer que amo, sus ojos nunca abrirán…
 Fuiste cobarde Soledad,
No quisiste enfrentar la realidad,
Te faltó valentía para buscar la felicidad,
Te faltó abrir los ojos para darte cuenta que a tu lado
Tenías el amor.
 
Beso tus labios y no siento tu pasión,
Te abrazo y no siento tu calor,
No se que hacer,
Mis lágrimas caen en tu cuerpo,
Y sé que tus ojos nunca volverán a brillar.
Que cobarde fuiste Soledad,
Pero siempre te voy a amar…
 
Estoy aquí,
Hablándole a tu cuerpo sin vida,
Y ya encontré la solución,
Metal en mano y apunto a mi cien,
Te tomo la mano,
Y mi viaje emprenderé,
Espérame donde estés,
Porque a tu lado estaré,
Espérame mi amada Soledad,
Halo el gatillo y te besaré hasta la eternidad…
Te amaré hasta el fin de los tiempos, mi anhelada Soledad.
 
 
 
 
 
‘’Nunca sientas soledad, en algún lugar donde no te has dado cuenta, hay alguien que siempre te amará, sé valiente, y la felicidad encontrarás.’’

Juan Manuel H21.