chocolatina

El almuerzo

El almuerzo

Querido mío.

Hoy preparé chuletas ahumadas,
que se bañaron en color de oro viejo
por el azúcar espolvoreada para el agridulce.

Del refrigerador, una lechuga fresca rebané en trozos grandes,
la rocié con aceite de oliva
y vinagre blanco, tan pálida estaba (la lechuga)
que la ruboricé con gajos de tomate maduro.

En la estufa, el hervor llegó a su meta a los 10 minutos exactos...
ni una gota más de agua para un grano menos de arroz.

Sobre la mesa el mantel
y sobre éste el tenedor haciendo guardia al octavo de jugo de naranja.

No sé si con galleticas saladas
totopos o ese bolillo duro crucificado sobre la llama.

Pero...
me doy cuenta que el espacio de tu silla a mi pecho es tan breve
que el vacío hace eco llamando al sin sabor,
y ahuyenta mi apetito...

Cómo te extraño.



Pintura El almuerzo
de Jules Pascin.