LA VERGÜENZA QUE SE PERDIÓ
La mentira se viste de piel de cordero
en el vestuario de los políticos,
con las promesas del embustero
y las patrañas del analítico.
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Pero es la mentira un lobo feroz
que esconde, sutil, sus indecencias,
con el ánimo siempre precoz
de aprovecharse de la inocencia.
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Y en este balance de incongruencias,
entre mentiras y ocultas verdades,
fenece en las virtudes, toda Decencia,
y el Pueblo paga el precio de calamidades.
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Y por más que se tenga espíritu positivo,
admitiendo errores, perdonando olvidos,
uno sueña con aplicar justo castigo
a quien daña al pueblo, que ha sufrido.
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Porque siempre queda el sabor amargo
de la Injusticia que fue alimento
que fuera dado por quien estaba a cargo
de aplicar Justicia y dar escarmiento.
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Y los que nos gobiernan, así se pasan,
robando a un pueblo que sufre y clama,
y que con sus ilícitos ellos arrasan
los sueños y metas que el honor reclama.
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Pero es la vergüenza que se perdió
en la malnacida raza de dirigentes
ya que en su educación solo aprendió
a mentir y robar a tanta gente.
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Eduardo Faucheux
19-12-2013