walberto campos

¿Dónde?

¿Dónde es eso?; díganme, ¿dónde es?;

dónde no encontrar problemas

ni odios, ni traiciones;

dónde mirar el mundo tal cual es;

dónde en realidad el día y noche suenan

sin retrasos ni complicaciones.

 

 

Dónde no escuchar lamentos de mujeres

causados por nosotros, los hombres;

¡o a veces viceversa!;

en qué lugar no se ejercen los poderes

para hacer que inmortales se nombren,

aunque hayan tenido una mente perversa.

 

 

Dónde no escuchar ladrar los "perros"

porque miraron sombras por el camino,

o porque no les gusta su sistema de gobierno.

 

 

Dónde no mirar el cuerpo agitado del obrero

ni fuertes piernas vencidas por el vino.

¿Dónde no hay lucha entre verano e invierno?

 

 

Dónde no habrá de encontrarse cenizas

de los sacrificados por sus mejores causas,

de aquellos mártires de esta tierra;

dónde no llevar la vida tan a prisa,

y tratar de hacer una indefinida pausa

a la injusticia y a las malditas guerras.

 

 

Dónde encontrar ese camino perfecto

que nos conduzca a un castillo sin misterios,

a cometer ni cero margen de error;

dónde habrá un ser humano sin defectos,

o algún mago que convierta sol en hemisferios;

¿Dónde será?; ¡díganme por favor!

 

Pues si os parece ilógico. ¡Sí, lo es!, no hay ninguna parte

del mundo en que esto no se dé…