La Pluma y Mi Alma
(Autor)
Temblaba mi cuerpo de frío,
Parecía una larga noche en soledad,
Toqué a los lados y no estaba lo mío
Pero viniste tú, por caridad.
Mientras la noche pasaba,
La mujer con quien gozaba,
Me dio una sustancia
Y se fue dejando mi vida en falacia.
El frío fue testigo que llegaste,
Y entre tus brazos me atrajiste,
Tus pechos calentaron mi cuerpo
Y tu boca calentó todo lo interno de mi cuerpo.
Como he de olvidar aquella madrugada,
Si tus dedos y labios huellas han dejado,
El sudor de cuerpo por mis poros ha entrado
Y tu espesa y blanca sangre, en mí era desparramada.
Sentí que de mi cuerpo el frío se quitaba,
Mientras tus labios me besaban,
Mi íntimo deseo se activaba
Mientras todo tu cuerpo disfrutaba.
La hora en aquella fresca mañana,
Se volvió inolvidable,
Pues entre más caricias, más ganas
Y más deleitoso se siente tu cuerpo deseable.
Dejaste en éxtasis grato mi paladar sensual,
Mientras con mis labios recorría tu cuerpo entero,
Sentía que el sudor que de ti salía, daba aval,
Al sentir de mi cuerpo la energía de todos mis amperios.
Amperios que con los tuyos hicieron corto,
Tan fuerte que los dos quedamos quietos,
Apretándonos uno para el otro,
en breves y lentos apretones cortos.
Que linda madrugada aquella…!
Con La Pluma y Mi Alma desde Guatemala,
Copyright 22:55:05 09/12/2013