Gustavo Martinez Deschamps

TRISTEZA

Ese viento que trae recuerdos de hedor a muerte,

 La hoja verde que del árbol se desprende,

 y en un eterno instante marchita cae tras el otoño,

mas va quebrase cual sueño roto en el suelo agreste,

 y el árbol al que tallamos un corazón somos extraños.

 

Y nuestro amor se resume a esta vieja y borrosa mancha en el peltre,

vasija que usa mendigo a su poder para pedirle limosna a multitudes sin vientre,

de lamia en aspectos, de fuego helado como aliento.

Y otorgan monedas de oro y plata intangibles revistiendo dueños,

Tallados vestigios por brazos que fueron lacayos.

 

Esa fornida adulación de los silencios,

que se trasforma en dolor socavante.

Esa paz sin locura que estrangula los sueños,

marchita los cielos y al vacío dedos convulsionantes…

Cual cáncer consume el aliento del sueño viador,

Allá, en el reino de estupor se miente el precario,

para conservar momificada la ilusión.