Sandro Tovar

Carta para una amante olvidada

Interminable parece la vía que a nuestro mirar ofende engañándola con un efímero final, analogía de dos que jamás se han de juntar, paralelos mundos que se miran absortos en una idea emotiva, de ahí que la felicidad haya tomado por sorpresa a los ilusos, y ni hablar de felices sueños ni de tal idea que te aparta de la realidad, mas algo tiene esa vía de furtivos encuentros, de risas locas y después extraños sus recuerdos.

Y un recuerdo siempre es lo que tenemos, una sonrisa ajena a todo esto, ese regocijo que nos lleva de la mano como gato que detesta el hambre y regresas para darle de comer, y le gritarías al mundo tu habitual fatiga de lo cotidiano, pero solo, a solas, es mejor callar, aun no estamos locos. Eso se.

Locos son los locos por amor, desquiciados ellos los que aman y se engañan solos, se ensañan y se enseñan partes nobles y demás, hasta la sonrisa que le pertenece a otros. Los virtuosos sin pecado.

La virtud debería de ser ajena eso si, desde siempre, cuando niños tan precoces lo sabíamos ya.

Y tenerte a mi lado total y desnuda de ideales, sin ganas para tropezar, sin nada mas que yo, y eso que la ropa que te cubre nunca tapa tu mirar, ni tus manos, ni el cerebro agudo con que piensas mucho en mi. Ni podría además dictarme lo que digo, lo que escribo emocionado y sin detenerme a conversar contigo, ni describirte aunada a mis inquietudes vivas, y te sueño.

Pero luego me despierto ebrio, porque en sueños bebo de tus labios rojos la granada de otro sueño y ahí que te conviertes en la otra, la que nunca vemos por aquí, la que verdaderamente amo, la que me atormenta, tu misma imagen trasformada en otra, y me sucede con frecuencia que te añoro como eres en tu mundo ajeno para mi, un mundo paralelo de dos vías que jamás se juntaran, ya te digo.

Pensaba que quizá bailemos dentro de esta habitación creo que nos hace mucha falta, antes de empezar a herirnos con reproches y rumores falsos, entonces te diría entrelazados que la danza es:

\"La tenue idea musical que nos envuelve, es la verdadera narración de tu belleza, como si tocando suavemente cada espacio se me acompasara que eres música de mis entrañas y que me redoblan dentro las tonalidades de mi frenesí\". Y vivo.

Pero como siempre creo que escribo y ni te interesan estas tonterías que digo cuando te recuerdo, debería ofrecerte que vinieras y escucharlo de mi boca, hacerlo con las manos llenas de palabras, como jugueteando con esa la maldad que nos espera fuera para nuestro escarnio, porque hemos acordado que los buenos estamos dentro, en este espacio justo que nos trazan esas vías que jamás han de juntarse, y eso nos convierte en buenos, porque los que sufren buenos son, cuando se les llena la cabeza de un recuerdo grande que de lo pesado los inclina para el suelo.

Y nada que decir de querer ser libres, esa libertad sería seguir otro camino, pero ya lo dije, y lo repito siempre aunque nos pese. Somos vías paralelas que jamás se juntan ni se van para otro lado. Y se pierden aparentemente juntas en esa, la distancia y la oscuridad. O la soledad. No se.

Antes cuando no te conocía presentía el peligro, déjame decirlo con palabras y sin arañarnos, sin herirnos ambos con nuestras ideas de temores vanos. Déjame contarte que dentro en mi habitan miles sueños y personas ajenas a nosotros, y que nadie te conoce mas que yo, eres lo que existe dentro en esta superficie del infierno, pero eso no quiero decirte hoy.

Hoy déjame decirte que imagino la otra vida de la mano con mi amor eterno, si, soy un ser cruel por interpretarlo torpemente, pero no soy un cobarde que se esconda para sentir esto que solamente tengo. Y lo tengo de contártelo, sin permitir la duda, sin herir a nadie con mis actos, aunque solo se me vea en tus pensamientos. Por que de tus pensamientos vivo, soy quien soy y no debemos repetirlo.

Porque a mas de ser amantes eso que nos une y nos separa es ese temor, y eso duele mucho, pero déjame al menos decirte que de humanos es la carne, no los pensamientos, y me extraña que pensar nos tenga que doler, por eso digo que mis pensamientos jamás han de separarnos, no hay que confundirnos pero si hay que saber que cuando esto se termine ha de ser la carne que no arde, y no los sentimientos, eso si, habrá que ser meticulosos y definirlo bien, describirnos con recuerdos y saber que aunque luchemos con el corazón todo esto, al final se perderá. Morirá entre las hierbas de esta nuestra vía.

Pero volverá también como la vía vuelve y trae nuevas y diversas cosas y personas. Algún amante nuevo.

Entonces seremos amantes de un pasado ingrato de recuerdos que jamás se contarán.

Por como digo antes, la mano de mi amada otra es de hiero frío pero eterna, esa es la diferencia solamente.

Pero hoy no ha de ser así, porque hoy que escribo es diferente, como cada día, como cada carta, cada una de mis letras, así de complejo es lo que tenemos sin pedirlo, y así se romperá cuando dejemos de sentirlo.

Pero hoy no, hoy es otra cosa como digo, es tan difícil amarte sin decírtelo atrapada, sin acorralarte y seducirte con palabras, para que al final vengas y me veas escuchando fuerte los latidos que mi corazón te brindan y aunque lo niegues luego, siempre llegas asustada y temerosa de los otros, los que tanto nos estorban para nuestras cosas. Y me río de ellos y de ti, de sus nocivas mentes que hacen de una simple cosa una idea perversa, que me ahoga siempre tanta risa, como cuando sueño con el mar y me traga no pudiendo gritar ni respirar.

Es aplastante esta realidad que hasta me indigna, pero tan simple como enterarse de mis cosas y las tuyas, que no existirían simplemente si no fueran a esconderse solas para estar a solas. Eso si.

Pero que tragedia es vivir así, amparados dentro de un subterfugio escondiéndose de los demás, y me río escribiéndote entre líneas recordando tus palabras y me encantas tanto que he logrado definir de entre tantas tus palabras, como hablas, y en esas letras que pronuncias hay un breve o largo espacio, un ritmo que decae cuando te entregas al placer, entonces hablas lentamente haciendo largos los espacios entre letras, y es cuando ese tono de tu voz melosa se convierte en mi placer, y es tan grande el espacio que creo caer en un abismo, pero me despierto pronto. Siento que te amo, pero no lo digo.

Te he dicho antes que me desespera ser humano de la carne que arde, y quisiera ser de puro sentimiento, amarte desde siempre y para siempre pero se que no podré, y me siento cual se siente el barco al naufragar, es entonces que tantas cosas tan vulgares me detienen a pensar y tratar de definir, y seria para mi como cuando niño aun sentía la existencia de algún dios, y le rogaba que las cosas fueran bellas, que las travesuras que operaba jamás se descubrieran. Así es que a veces le ruego a ese dios, pero el dios de los amantes no lo entiendo y se convierte entonces en una idea falsa tan ruin y torturante como lo que somos. No poder decirte tantas cosas.

Y lo digo porque estando ya casados ante ese dios entre sus altares y dentro de tu juramento tratando de olvidar y olvidarnos. Y la promesa falsa de fidelidad se asoma y nos da temor de ser tan malos, y me tienta el mal para decir que la conciencia existe, que ese dios existe, y que al final también el mal y su señor tienen que existir por ende, y me encuentro atrapado sin respuestas para mi, para solapar nuestros encuentros, pero siempre viene la osadía a mi rescate, es cuando siento, y sin sentir ni saber me marcho a solas. Y te pienso nuevamente pura, sin ningún sentido.

No repitas nada que te diga extasiado, me cuestan lagrimas soñar y olvidar, saber que hace tiempo de tantas y tantas cosas que hoy te escribo, y aunque se que nadie sabe nunca nada, al final a nadie le ha de importar que te haya encontrado y olvidado, como siempre cada vez que veo las vías del tren, esas que me recuerdan cuando te decía: Interminable parece la vía que a nuestro mirar ofende engañándola con un efímero final...

Júralo ante el frío mirar de nuestras cosas. Corazón.