EDUARDO FAUCHEUX

MI PROPIA RELIGIÓN (2)

MI PROPIA RELIGIÓN (2)

 

Cuando me preguntan a qué religión pertenezco,
-A la mía- yo respondo, circunspecto.
Soy humano, formo parte de Dios, soy divino cuando crezco,
cuando aprendo y cuando reparto mis afectos.
Si soy malo, lo enfermo; lo torturo; lo envejezco;
si soy virtuoso, soy su célula en crecimiento...
como el Universo en expansión, como Él, yo también crezco,
lo que significa que en la Bondad... ¡hay nacimiento!

 Tengo una teoría, pero me cuesta explicarla;
se compagina con religiones y con Ciencia...
Para Dios y el Universo puedo aplicarla
al Infinito, a la Eternidad y a la Existencia.

 El ideal de toda religión es unir la Divinidad con la Ciencia.

Me impresiona entender lo de la imagen y semejanza,
la tontería del Big Bang y lo del Universo en expansión,
la Eternidad de Dios, cuando la Física es una alabanza
y que no hay ni cielos ni infiernos en la Creación...

Y entonces, ¿cuál es mi opinión?, ¿cuál es la semejanza?

Puesto que en casi toda religión y en casi todos los humanos
se imagina a Dios como a un hombre muy viejo, con barba y manos,
igual a nosotros, pero muy sabio, casi como un hermano,
a quien se le teme, adora, blasfema, se grita y se llora, al pobre Anciano.

 Yo entiendo que esta semejanza va más allá de este cuerpo; imaginar
que es parecido al nuestro por creer, vanidosos, que somos perfectos,
cuando, realmente, apenas somos un minúsculo punto que ha de formar
una parte de Él, siendo nosotros, humanos... ¡ni siquiera insectos!

Imagina la estructura de un átomo, imagina nuestro sistema solar,
¿porqué Dios está en todas partes y en todo momento?
¿es que hay Cielo y cuál es el Infierno donde has de morar,
cuando has de partir a otro destino, cual dios o como excremento?

Entonces... ¿somos pura energía cuando partimos con rumbo incierto?
Es así, como a la existencia de un átomo, si lo destruyes, él no ha muerto,
pues solo cambia de su estado a otro peor o a otro más perfecto
perdiendo o ganando energía, que es lo descubierto,
transformando así la cuestión de la causa y efecto
en una religión a la cual yo ahora despierto
donde el Todo toma su forma con otro aspecto.

¿Pero luego que algo ha muerto, ya no se vé?
Si todo está en movimiento, ¿a dónde ha ido esa energía?
No pretendo hacer mi propia Biblia, discutiendo lo que fue...
Entiendo al Cielo o al Infierno como el destino que surgiría
por los hechos cometidos en nuestra vida y en consecuencia
de procederes equivocados -o justos- al haber crecido
en una suerte de libertad, opresión o en violencia,
lo que nos convierte en estrellas (o no, según lo acaecido)
o en un cascote oscuro, orbitando miles de existencias.

 Entiendo que estamos en un cuerpo con energía... ¿y la \"imagen\"?
Es fácil. Está en todos lados. Y al mismo tiempo, con la misma estructura.
Tiene energía y ocupa un espacio. Es un concepto universal.
Se repite en todo el espacio, es intemporal y eterno, lo cual configura,
esa \"imagen\", sencilla y humilde, con la grandeza de lo espiritual,
que forma a todos los seres, las rocas y otros elementos,
que representan el paisaje de un cuadro celestial
el que explica que Dios, el átomo y yo somos uno, es lo que siento,
en este cuadro de la Creación, pintado al natural.

 ¿Pero no lo ves...? Todo esta en permanente movimiento
porque, al fin y al cabo, como digo, todo es energía...
Claro que lo ves! Donde quieras que dirijas tu conocimiento,
a cualquier lugar, en la oscura noche o a la luz del día
y en la maravilla de la Vida, encontrarás a Dios y a sus cimientos,
en la paz o en la guerra, en el pensamiento, en la tristeza o en la alegría.

 ¿Así que somos energía dentro de un cuerpo y la forma no es importante?
Lo que me queda claro es que la semejanza con el átomo es universal,
que la energía es perenne, para siempre, eterna, reconfortante...
Da Paz que cada elemento, cada ser vivo, tenga una historia espiritual...
La trascendencia de Dios, Él lo demuestra, en cada valor de su Energía,
en todo terreno, en soles gigantes, en cada partícula infinitesimal,
lo puedes ver, orar, admirar, percibir, amar y dejar que Él sea tu religión, que sea tu Guía.

***

 Eduardo Faucheux  (15-01-2013)

05-12-2013