Julio Cortazar

Un poema para vos o para ti, es lo mismo.

Sabés que caminamos debajo de la lluvia,

nos empapó el saber que podiamos sonreír

a pesar de la cara falsa de la ciudad ficticia.

Nos conmovimos al convencernos que seguía anocheciendo

al seguir el camino de direcciones cualquiera,

las líneas de las huellas, el sonido de las gotas

hasta de la contrariedad de llamarnos inocentes.

Aun tengo los libros que una ves me prestaste

y ahora son el pretexto para invitarte a casa

a tomar un café y hablar de Julio Cortazar

de esa multiplicidad, de es cambio de caras.

(Esto es una ilusión) Aun creo en las caminatas

largas y los cuerpos cansados.

Venimos empapados de tanto amarnos

por muy debajo de ese liquido uniforme

me atreví a soñarte (disculpa) en brazos

laberintos de una voz diáfana, políglota,

aquí estabas, caminando por Guadalajara

con tu libro en la mano y la una hoja doblada

y por tener la misión de ser tu amigo  intelectuál

mis manos te llaman y tú no lo permites

como niña avergonzada te cubres

el deseo, este sueño, la armonía

de la displisencia fortuita y traviesa

del golpe de un beso que transcurre

en el tiempo derretido.

Aqui estamos, tú y yo y yo si ti,

tú en alguna parte, quizá serca de mi.