giuseppe de domenico

descansa en ti la noche

tu cuerpo turbio  como  almendra de ebano, frio como bresa de ceniza marina, cuando  tus vestigias se cubren de abandono  ,no queman mas mi paraiso ardiente de olvido. escamas de nieve  parecidas como luciernagas apagadas ahora solo perfuman de blancor la noche que  quiso descansar perdudamente en ti en un reposo distante. sobre tu boca te dire cuanto deseo tenia de moder las cerezas intactas que se dejaban caer de tus labios. toda la fragancia de una cosecha de fruta subia de tu seno y mi mano campesina sentia tu madurez que se quedaba igual en cada temporada. mis brazos condensan tus curvas , y siguen la forma del mundo obligue volteando en tu cintura. espesa luz impura con un maleficio deprime el miel de violetas que la sombra plasma uniforme en tu aparencia extrema como un relampago de arco iris abatido.