eledendo

Al andar de los días

 

 

 

 

      ... desde que Tuli y Olino la pencaron,   no soy nadie;   en dos días me he puesto reumático perdido y tengo dolores por todas partes, no valgo dos centavos,   ni uno, qué voy a valer...   ... la verdad es que ahora, como no doy palos ni paso ni pillo nada, vivo a pan y a agua con una pizca   de yogourt;   antes, si la cosa iba mal y había prisa, íbamos a los supermercados o entrábamos a alguna casa rica   y la cosa se arreglaba;   ahora ni eso, no podría, no me llega el resuello y además me asusto...   ... vienen los días y los dejo pasar ensimismado, sentado al lado de las basuras con la cabeza   hundida entre las paletillas y las manos;   qué ironía, pero cuando estoy así, después de un rato, me da por pensar que me gustaría leer un libro   o escribir un poema como antaño, o simplemente hablar un poco con alguien,   con alguien educado, limpio y amable...;   pero si me da por mirar de lado y para arriba, veo a La Cloti a la ventana sin parar de sacudir   su maldita y harapienta alfombra o saltando al tejado su hilera increíble de gatos famélicos;   ... de ahí que continúe quieto y como muerto, mirando fijamente cómo pega la luz contra las latas   y los tarros de vidrio de los vertederos, y cómo, mientras graznan gaviotas, urracas y cuervos,   -  y tras mirarnos y mirarse entre unos y otros, con usura nos vayamos repartiendo los desechos y la ira;   … al poco rato no nos vemos; luego, ya no hay nada.                                   … Libro de Ahab   http://www.oriondepanthoseas.com   [monólogo del protagonista: un gran triunfador precipitado a los abismos del hampa y el lumpen]