Ya no quedan guardias imperiales que con buenas dadivas de humor y alegria
encierran sin saber nuestra espera perpetua
Ya no quedan ascensores reales que presten sus servicios comunitarios
para guiarnos al principio del final de una historia
Ya no quedan agendas ni espejos para
embullirnos fatidicamente a la busqueda de un ser perfecto
Pero aun abundan caminos como curvas que magicamente
nos despiden de nuestro silencio cotidiano,
Aun existen ciudades que en sus calles viudas o dias difuntos
nos declaren la verdad de su perpetua agonia o la razon existente de su aritmico espanto
Aun quedan callejones sin salida donde se puedan recrear limites imaginarios de pieles o deseos de un ser amado
Aun existen suelos edénicos libres del paso del ojo del hombre
Aun existen constantes o lejanias donde se puedan escabar sombras para encontrar tus verdades,
Aun existen pedazos de cielo donde el Sol o la noche no hayan visto occidente,
Aun existen verdes espacios sin tumbas ni muros de fierro
donde se pueda acostar la cabeza sin recordar caras lejanas
A lo que voy es que no te mentiria si te dijera
que no nos falta mucho para alcanzar el ansiado infinito.
Pero aun no tengo alas para volar y obsequiarte el infinito