poetaovallino

Ovalle (Chile)

Ovalle, ciudad del verso verde,

agujero bordado por cactáceas y olivares,

lugar del alma mediterránea y paradisíaca,

herencia del campo  hortelano y de frutales,

saborizado con  uvas, naranjas e higuerales,

de allá de los rincones del Punitaqui,

en donde el agua huye de los molinos.

Mi Ovalle, cómo guardarte en mis bolsillos,

cómo colgarte a mi cuello,

cómo distraerte y atraparte,

para llevarte aquí conmigo

durante la habitualidad del viaje,

en la memoria distraída de mis años.

Cómo llevar tu plaza al jardín de mi morada,

para dormir debajo de las copas de tus pinos,

que vinieron a ti cuando los árboles marchaban

buscando el lugar más delicioso para sus raíces.

Cómo arrancarte de este pecho envejecido,

para  liberarte y que seas niño,

jugando en las aguas de ese río

que es parvo en el valle de Las Garzas

y joven desde La Paloma hasta Salala.

Ovalle, cómo distraerte y atraparte,

cómo extraer de ti las carcajadas

y guardarlas en un canasto de alcachofas,

en un zumo de betarragas,

en una iglesia de adobe

o en el oro blanco de tus cabras.

Ovalle, nido y sepulcro de mi madre

cómo extirparte de mi piel,

qué técnica uso para borrarte de mi sangre.

                                                                                                                        Bugues.