Viajera universal

La dama de rosa ๑

Es de noche, y la damisela de rosa se encuentra en el bosque,

el gran bosque; temido por algunos, aventurado por otros.

Ansía el misterio que yace en él, aunque el miedo todavía esté.

Ella sabe que se halla protegida por la madre Tierra,

pues ésta respeta la gran conexión que tiene con ella,

pero su mente está intranquila, al estar presente la energía,

el poder y la sabiduría en demasía.

Cuando se trata de orientación, el bosque le da su bendición,

a quien deje actuar a la intuición, -la boca y ojos del corazón-,

y cuando se trate de supervivencia, le dará las herramientas,

a aquél que confíe, respete y entienda a la madre naturaleza.

A ella la recibió, susurrándole a los espíritus de la naturaleza,

gnomos y duendes; elfos y hadas; libélulas y luciérnagas;

que una cálida bienvenida le ofrezcan, informándole también,

de su grata aprobación y le regalen la llave, de su inexplorado

corazón. Así fue que pasó, y sucedió, que la dama de rosa,

no tenía más temor, a dejar expresar su corazón.

Pues se fundió en su obscuridad, su tristeza y soledad,

al cruzar el umbral, que daba paso a su interior.

Exploró su propio silencio, dejando que éste cobre vida,

y le hable mediante sus propios canales de comunicación.

Aprendió a valorarlos, entendiendo que sin su obscuridad,

no podría tener su luminosidad.

Y fue así, que el bosque la arrojó, más allá del tiempo,

más allá de la razón, y la obligó, muy sutilmente,

a adentrarse en su interior, que no era sólo del bosque,

sino de su corazón. Y fue así también,

que a la dama de rosa... le encantó.  



Firma: aViajera cósmica b