Carlos Roman Ramirez

OCHO QUINCE Y SERENO

 

Del sueño de una tarde de verano

nació la noche con ojos de Africa,

pleamar de sombrío etéreo píelago,

rielados reflejos de luna encorvada,

fantástica lumbre entrecortada,

por la desolada callejuela el farolero

¡ocho quince y sereno!

 

Ella, húmeda, habitaba mi beso,

yo, entre bruma absorbía sus ansias

dibujando un amor inmenso,

deseo con garras......

fuimos uno en cresta de marejada,

gloria pecadora destapando ganas,

negrura de sol revolcando ansias

de cercanías soñadas.

 

Cómo no recordarla en cada pleamar

de la noche al alba, es seroja

que se me cae del alma,

es mi sangre encadenada respirando

conmociones de recuerdos en cada segundo

de cada latido de cada minuto

que la vida arrastra......

todo queda, todo pasa,

pájaros de recuerdos retenidos

pero se van las alas......

por la desolada callejuela el farolero falaz

¡ocho quince y sereno!

¡ocho quince y más nada!

                                    septiembre 2013