Muchas veces tuve miedo
de amar, será por eso que hoy
estoy queriéndote con el alma,
y por alma digo
versos desnudos y dispersos,
inquietos, dulces y ciegos,
dominados por el corazón, cálidos,
disueltos en mariposas,
versos a campo abierto,
versos que sangran,
versos que dejan huella.
Los sueños alean,
la venta de colores es un vagabundo que aviva
el fuego, el silencio oye lo que una mesa
cuan ha cobijado deseos, lo que un tintero,
que ha dibujado palabras en el aire ni muy altas,
para no inalcanzables, ni tan bajas,
el viento es una tarde que se hace sombras
mientras este poeta medita.
El eco de mi voz, peregrino de mi verbo,
me afrenta al tiempo de escribir por ti,
tu nombre canta en mi boca,
enriquece mis labios,
tu nombre que en espera del verso pasea
por ante mis ojos ocupando espacios,
escuchando lo que aún no me atrevo,
y escondida debajo de tu palabra, TÚ,
como la hierba.
Muchas veces no te amé
aunque vibré llamándote,
y le prometí a la luna la ventura de hallarte,
y de vez en vez le juré al aire la vida,
resbalando por mis manos,
amando hasta el infinito como un árbol
y sus ramas abiertas,
muchas veces mis TE QUIERO se quedaron en las puertas,
¡pero yo estuve ahí en el umbral!,
y aquieté mis ganas de quedarme,
y fui un cobarde, y escapé salvaje por los mismos pasos.
Ahí está lo que fue,
el caminar juntos tomados de la mano,
los sin fin de los jardines cuando deseábamos,
la memoria de los paisajes cuando resignados a los ojos
nos permitíamos ser,
el verso que no nos salvó y nos arrasó hasta la última noche,
lo demás es lo que pudo,
las hojas, las espigas, la entrega, dos cuerpos, la vida.
Hoy la melancolía
acaricia mi razón,
hoy quiero abrazar distancias,
hoy te lo diré una vez más antes
de rendirme, TE AMO.
T de S
MRGC
Namaste