FELINA

CONCIERTO AL AMANECER.

Sintieron mis pies descalzos,

la humedad de la yerba mojada,

cuando iba camino a tu estancia,

dichosa y enamorada.

 

Desde lejos me mirabas,

con una mirada apacible,

igual que los lagos en calma…

yo también te observaba.

 

El rocío, mi cara bañaba,

mis pasos a ti me llevaban...

De repente, se rompió el silencio,

que en aquella campiña reinaba.

 

Era el trinar de gorriones,

con cantos, que el alba, anunciaban,

eran tan bellas canciones,

que a mi ser subyugaban.

 

 Sentía del viento el vaivén,

como un susurro, en mi piel,

un hálito tibio mi cara besaba,

era tu voz, la escuchaba.

 

Pero algo extraño pasaba,

caminaba y no te alcanzaba,

alcanzarte yo trataba,

pero más te alejabas.

 

Tu rostro se fue perdiendo,

como se pierde un lucero

en medio de la alborada,

como se pierde la espuma

en la playa de arena mojada.

 

De pronto me desperté

con la sonrisa en los labios,

era que soñando estaba,

que tú por fin, me abrazabas.

 

Al mirar por la ventana,

del árbol, se mecían sus ramas,

de pájaros una bandada,      

orquestando la mañana estaban.

 

 Fue la serenata más bella,

que los dinteles de mi alma tocara,

 fueron canciones románticas,

que se cantaron al alba.

 Felina

                                                                                                     

CONCIERTO AL AMANECER.