Rosa Baladron Rodriguez

ESAS MUJERES DE ANTAÑO

 

Esas mujeres de antaño,

que empezaban a trabajar,

con apenas ocho años,

vivían como Santas,

hacían todo en la casa,

trabajaban en el campo,

cuidaban de sus hermanos,

no iban al colegio.

 

Cuando al fin tenían novio,

no podían ni darle la mano.

Cuando se casaban,

del marido eran esclavas,

trabajaban como guerreras,

sin ningún derecho a nada,

criaban a un montón de hijos,

trabajan fuera del domicilio,

no tenían ni lavadora ni frigorífico.

Obedecer era su deber.

 

Aunque el marido no le hablara,

lo cuidaba cuando enfermo estaba,

aunque no le diera dinero,

porque se lo gastaba en el bar

con sus amigos,

la comida le servía.

El marido siempre sola la dejaba

y llegaba tarde en la madrugada

borracho, la insultaba y le pegaba

y ella no podía ni rechistar,

porque la amenazaba

con echarla del hogar.

 

Después éste se arrepentía

y ella siempre lo perdonaba,

en sus promesas creía,

pensando que cambiaría.

 

Hasta que un día

para salvar su vida,

ella del hogar huía

y a sus hijos protegía,

pedía ayuda a la familia

o los ponía en un colegio,

trabajaba como una leona

y cuidaba de sus hijos sola.

 

Ahora que es viejecita,

sus hijos ya no la visitan.

pero fue feliz amándolos,

aunque ellos lo hayan olvidado.

 

Los tiempos han cambiado

y las mujeres tienen sus derechos,

pero mucho esfuerzo ha costado

y todavía no está solucionado.

Muchas mujeres cada año,

si se rebelan contra las injusticias,

mueren en las manos,

del hombre que han amado.