Marisol-coincidir

Palabras

Las palabras arriban a mí, con intervalo de emociones.

Llegan con sus cinco minutos de descanso

y sus manos llenas de dulces que no saben compartir.

 

Las palabras suelen aproximarse sigilosamente,

 a la hora en que  no las espero,

cuando creo que no tendrán contacto con ésta endeble mortal.

 

Ellas son heroínas dignas del mayor de los respetos,

las venero,

tanto que por períodos temo enunciarlas inapropiadamente,

o hacer que nazca esa que ofende y lastima a otro mortal.

 

Suelo meditar en ella

 o consultarles

cuando en el universo algo escapa a mi visión.

¡Son tan sabias! ...

a veces demasiado para mi escueto pensar, o mi apocado sentir.

Unas veces

creo que ya he visto todas sus quimeras.

Que las he entendido y leído por completo.

Seguramente (pienso) ya las he pronunciado todas

y no hay más que decir...

pero… (y me asombro al descubrirlo) no es así.

Un torrente fresco lleno de nuevas letras nace en mí ser.

¿De dónde o por qué? no sabría decirlo,

especular es en vano

 prefiero tan solo no soltarles la mano.

 

Diré en cambio que cada vez que brota una nueva palabra

o cuando ellas comienzan a llegan como tropel a mí.

Todo se ilumina alrededor...mi sed es saciada, el frío mengua

y el dolor de mi alma desaparece...

¡benditas, benditas ellas que vienen a sostenerme!

Aunque no siempre,

Soy el recipiente que sabe darles la forma.