Manuel de la Paz

Adiós no es el olvido

Y despierto junto a ese amargo sabor de aquel

Sueño, que más que sueño es pesadilla donde

Nuestras esencias desilusionadas y fatigadas

Se encuentran en aquella esquina.



Ambas se aprecian delicadamente, 

comos los amantes que siempre fueron

y gritándose. BASTA !

sellan el letargo de una apasionada mentira. 

 


Esta gran obra de teatro  que ambos

Protagonizábamos estaba por cerrar su telón, 

y ya sin guion actuabamos en las penumbras

segados por nuestros  latentes deseos.

 

 

Siempre lo supimos, estaba en el aire desde el primer día…

Fuimos jóvenes y necios, nada nos importó,

Si al fin y al cabo fuimos felices que más dá.


 

 Pasamos de largo las advertencias

 No caímos nunca, llegamos al tope de todo

Sabíamos que ya nada tenía sentido justo

al frente del abismo.

 

 

Yo tenía una parte de ella y ella de mí, era seguro.

Ya no podíamos estar juntos, se había

Escuchado nuestro último.”Tik Tok”.

Ya no queda tiempo, nuestro tiempo.

 

 

Era estar en el lugar de Prometeo.

Agonía, agonía y agonía sin nada más que sentir.

Sabía que estaba en lo correcto, que era lo mejor pero

¿Por qué? , ¿Por qué?,  ¿Por qué Dios?,

¿! Por qué me cuesta tanto olvidarla ¡?.

 

 

Y despierto...

Perdido en mi cama y con un nudo en la garganta.

-Entiendo…

Ya no estás, ya no conmigo, ya no en mi vida.