Te quiero cual fueras mi propia vida,
razono así, en realidad divina,
mi dimensión de amarte determina.
Te amo amor; de corazón sin medida.
Siento que te necesito porque eres
calor del sol y luz de mi universo,
tu sonrisa es razón de cada verso,
das alegría, pues sé que me quieres.
Qué dicha esta contigo sin espacio,
Acariciar tu cuerpo es agradable,
Tenerte es mi deseo irremediable.
Voy entrando en tus abriles despacio,
hago mío tu encanto y sutileza,
amo como amas, en total tibieza.
El señor de los fierros
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Eres mi universo divino, tu presencia será mi paraíso en primavera e invierno…