Pensé en tus labios encontrar alegría
mas ellos me hicieron preso de esta agonía;
me ilusione como nunca lo hice,
y fuiste testigo de cuanto te quise…
Me volví en un momento esclavo de tu amor,
y reprimiste mi alma sin importar el dolor.
Yo nunca creía en nada siquiera,
mis heridas sangran hasta que de amor me muera;
me incitaste a llenar un libro de ternura,
mas tu actitud me obliga a volverlas amarguras.
¡De que me sirve la alegría y el encanto
si todo se convierte en triste llanto!...
Estoy solitario con mi angustia viviente,
fingiendo ante el mundo estar alegre y sonriente,
toda esta ardiente pasión, se convirtió en hielo;
y sentí en un segundo derrumbarse el cielo.
Sin aliento quede sobre mi lecho cálido,
angustiado el corazón el rostro pálido,
me atrapaste en la red de tus hechizos,
cuando ciego estaba por tus rubios rizos;
hoy el mundo alegre se me torna triste,
sintiéndome extraño a todo cuanto existe.
Me vendiste un mundo de ilusión y sueño,
ofreciéndome tu amor para que fuese dueño…
¿Dueño de qué? Si a otro tu corazón entregaste,
y solo fui un incauto que su amor burlaste.
Princesa mala no entiendo que arte,
tuviste en tus besos que me hicieron amarte;
quiero ser tu inspiración con amor dijiste,
y burlando mi anhelo con otro te fuiste.
El desvelo me tortura con audaz porfía,
el silencio me grita que nunca serás mía;
hoy he muerto aunque respiro y vivo,
sueños e ilusiones están cautivo…
¡Tanto tiempo que del dolor huía,
y falaz me alcanzo la terrible agonía!...
Que hacer no sé; con mi mortal desmayo
gimo…, sufro…, muero…, y callo…