Pienso en mis sentimientos
y me duele el corazón,
hace tiempo que no habla,
se lo impido a discreción,
para cubrir la apariencia,
así es mucho mejor.
Si lo mantengo escondido,
no hay conflicto, ni motivo,
para que me lo destrocen vivo,
más no recuerdo su sonido,
ni su melodioso ritmo.
La fuerza de su suspiro,
me atraganta el cuello,
agarrotado lo siento,
en las manos de mi miedo.
El perfume de su amor,
cuando me rodea el pecho,
me lo trago en un momento,
en un oscuro silencio.
El grito de su tormento,
ha aplastado mi cerebro,
pero yo no me escarmiento
y que hable sigo impidiendo.
Me pregunto cuánto tiempo
podré seguir así viviendo
y el corazón me responde,
que sin su voz,
ya me he muerto.