Leandro Rodríguez Linárez

Intitulado CCVI

Sí dejas de amarme no me pidas permiso ¡hazlo naturalmente mujer! Y que de tu corazón zarpen otros barcos afortunados que recorran tus venas sagradas con lealtad estallada, que en la madera diminuta alcen sus velas y rasguen tus cielos de gaviotas con ojos hogareños, dale otros nombres a las cosas, otra lentitud a la aguja chica del reloj, otra oscuridad distinta a las noches que te doy, no te guardaré rencor amada ¡no pudiera!... pero eso sí, me iría como se marcha el mar en las mañanas, me iría con mis velas definitivamente tristes, con mis nombres solamente míos, con mi tiempo condenado a mi muñeca y mis noches de oscuridad únicamente mía… solo te pediría permiso para seguir amándote, pero sí tampoco me lo permitieras mujer aprendería a vivir nuevamente, sin tu permiso.

LRL

24-10-2013