Angela

SUBLIME

Me derramo sobre el manantial de tus pupilas

para dibujar la infinitud de tu esencia

con mis letras.

Me encuentro con jardines eternos

aventados por brisas perfumadas

que bailan al ritmo de tus parpadeos.

 

De un llanto inesperado,

caigo por cascadas saladas, polvorientas de estrellas, a tus manos.

El paraíso nunca acaba,

porque como dos pedazos de cielo tibio,

me sostienen y adormecen

en una siesta mágica.

 

Sonríes con tu rostro floreado

y los pájaros nos alzan y pasean

por los rincones de tu alma,

donde amanecen, continuamente, tus encantos

para manifestarse y brillar

en las afuera de su fábrica. En los tuyos,

en tu sangre.

 

Podría dibujar una y otra vez,

los relatos de tu esencia

con mis letras,

aunque sólo son letras

y no se asemejan

al mundo sublime que entraña una madre.