HERMINSON YULE RIASCOS

LOS GRITOS

Hay tanta displicencia por doquier,

que si en medio de mi desvarío

me diera por gritar,

nadie me escucharía, o,

se harían los que no oyen

porque les da lo mismo, y yo

me digo que eso somos tan sólo 

un eco, un intangible caso perdido.

Con desorbitados ojos al verlos

les diré que estoy loco de atar,

pero nadie dirá nada, ora porque

no les interesa,ora porque 

una vez lo hicieron y ya estén atados

o en el peor de los casos

estos sí esten tan locos que un grito

más no cambiará nada.

Pero de algo estoy seguro,

es que las voces de los pobres 

no tiene eco, hasta que se juntan

las agonías y en un sólo

golpe de rebeldía

derrumbamos la arrogancia.