Héctor(micorazón)

Entre cenizas

Al mismo pensamiento siempre llego,

-cuando- ante tus labios me doblego:

Si de despedirte fueras capaz,

que no sea con un beso mordaz.

 

El beso de un adiós es necio y ciego,

pues deja entre cenizas lo que fuego,

como una fatalidad suspicaz,

un acuerdo en la guerra por la paz.

 

De modo que no quiero que te vayas,

si sufro solamente cuando callas,

qué no será cuando de mi te ausentes.

 

He de sufrir llorando amargamente,

durante largo tiempo tu partida,

o he de morir, pues te llevas mi vida.