Nathanael

Oda para mi princesa.

Estrellitas pendientes de mi luna…
Y en azul oscuro pinta la noche en que te pienso.

Tantos sueños como los pendientes de la luna
Algunos brillan mucho más que otros
Uno recuerdo con melancolía
Uno mero en que solo te besaba,
Linda niña mía, tenerte en fantasías
Tantos sueños como los pendientes de la luna.


Desde entonces en el día yo solo recordaba
A la que besaba con más felicidad
Que un hombre volando en la realidad.
Y pasaron noches con sus pendientes
Linda niña mía, tan solo te pensaba
Desde entonces en el día solo te esperaba.

Y pasabas desapercibida, como si Dios no permitiera
Que cruzaras el puente viejo, que lleva a sus victimas
A mi corazón vacío, cómodo, y que nada sentía.

Y mi vida que de día grita, era lo que yo siempre vivía
En días azules y tan nublados, allí habitabas ninfa bella
Con ojos enamorados, tan lindos y raros, y cabello dorado.


Y más de sesenta días se pasaron largos, largos, y largos
Y tú jactabas el amor de un hombre afortunado
Pero no te sentía, tampoco me importaba
Si no te conocía, y nuestras vidas idas, idas, y mas idas.

Muriendo enero llegó, con febrero de ilusión
Y Marte a su día adoptó como la esfera del amor
Y Júpiter en sus días me regalo a la princesa que causaría mi dolor
Ay ojos cafés, tan difíciles, tiernos y sinceros, y cabellos de color
Ay como pasó, y sus pies blanquitos y pequeñitos, besarlos quería yo
Pero su mente pensaba todavía con dolor por el hombre que de día la dejó.
Y ahora no se, no se y quisiera saber,  si puedo entrar en su tierra de amor
Y cuando claro matutino el alba abre mi ojitos, siento que la miro
Y no se por que el sueño antiguo quisiera que fuera ahora mismo:

Una silla vieja, un prado jardín excéntrico, un árbol y sombra
Calor y frío combinados, el sol entre hojas acariciando
A los amantes sentados y embelesados.
Besados,  besados,  y más besados;  sueños agraciados.

¡Hace cuanto que soñé y recuerdo como si fuere ayer!
En aquel entonces dudaba de la niña sentada en la silla de la niñez


Ella lee mi vida ahora que mi corazón le ha amarrado, y si pudiera lo hubiere evitado
Pero fue más duro el destino, porque cruzó el viejo puente que tenía cerrado
Y aquí esta en mi escrito desesperado y amargado. Hado, hado, fastidiado hado.

Me gustan sus cabellos, también sus ojitos tiernos, y los enamorados saben esto
Que la indiferencia duele a formatos clavados, cuando su corazón no deja espacios
La esquela  que esperamos los que no somos invitados.

Si la niña regalara su amistad, su regalo pasaría la frontera del amor real.
Donde esta la frontera entre el amor y la amistad, no se donde está.

Si me besara, mis fuerzas aprehenderían la fortaleza que espero encontrar
Para luchar contra mi vida, como príncipe con dragón colosal.


Y aunque la vida con sus placeres me encontrara desalentado y desesperanzado
Y copara mi Marte y mi Júpiter con majas perfectas, llenando mi orbe tan solo de ellas
La Ninfa, dríada  de los bosques como el de mi sueño, o nereida de los mares de anfibios
Es mi niña que de noche sueño y que de día pienso.

¡Ahora que me queda¡
Esperare algún día besarle y frotar mis labios con sus fauces, ahm entelequia…
Dicotomía puede presentarse: una esquela correspondida o un rechazo doloroso.


Y siento que muero en la incertidumbre, su alimental son los días fríos y azules
Esperar pienso, acompañando al tiempo, quizás la solución sea tan solo el olvido.
Ahm… y poder en mi ancianidad volverle a encontrar, como amiga de rosal.

Obligar al amor es como matar a cien niños con crueldad…

Y si ahora estuviese conmigo en pedazos de dolor le diría:

La vida contigo sería solo alegría, tristeza pero absorbida
Y que podría pedirle a Dios y a la vida, si tú colmarías
Los segundos y minutos de mi eterna melancolía
Solo tu amor bastaría, y mi vida no alcanzaría
Para besarte desde los ojos hasta tus acojinadas mejillas.

No solo mi desesperanza se alimenta de tu indiferencia
También de mi poco brío y nula fortaleza,
Pues mi vida se aleja, de mis sueños y quimeras
Solo mi adhesión de amor ostento para ti nereida.

Cambiaría las noches y los días, no podemos es cierto
Pero lo intentaría,
Cambiaría desde los peces de los mares hasta las aves de los cielos,
También intentaría, y no me cansaría,
Pues tu recuerdo y amor sería la inspiración de toda mi fuerza.

Si te vas anhelo que la vida me de otra oportunidad, una diosa real
Mejor que tu ninfa, que espero olvidar… ahm mi alma no cree a la deidad.

No imagino que el tiempo te lleve, y luego encontrar una mujer igual
Jamás pensé que la naturaleza creara ninfas de verdad.

Belleza, bondad, lealtad, ternura, amistad, fortaleza, nobleza, seriedad,
Melancolía, histeria, responsabilidad, esfuerzo,  comprensión…
Y prosas sin terminar,
Tesoro que no creo volver a atinar o pisar
Ni si quiera en una diosa  con prodigiosa beldad
Ni si quiera; solo te quiero en mi vida nada más.


Como única certeza esta el haberme perdido, atrapado como insecto
En ámbar cristalino.
Sin poder escapar de tu encanto; el ámbar fue tu talento e inteligencia,
Exorbitante completa y perfecta.

Me enamoré de tu belleza, tu inteligencia, admiro tu inteligencia
Porque no hay nada que no puedas hacer tu náyade, ahm mi doncella.

Ninfa de mis sueños, dime que mi amor anhelas en el bosque que te sueño
Y dime si prefieres el batracio del pantano negro…

Dríada que yo espero, dime que mi amor anhelas en el bosque que yo espero
Dime que me quede y me quedare muriendo en el lecho
De tus piernas que ahora más que nunca yo deseo.

Pero si tus ojos no me acarician por el viento
Ni  tus labios desean los míseros sentimientos
De mi ser que te sueña quimeras y ensueños
Yo dejo que el tiempo te lleve lejos, muy lejos
Para que mi corazón abra la puerta de ese puente viejo
Y no verte jamás, nunca más, ni con el príncipe de hierro
Así es la melodía del olvido y del doloroso destructivo tiempo.