Reptar Medina

Cenizas De Azufre

Este clima me incita a llamarte, y recitarte todas las poesías que he escrito para ti. 
Es una lástima que prefieras acariciar la vanalidad de un rostro, en lugar de estrechar la pureza de mi amor.
Porque en cada letra que te escribo va una parte de mi alma, aunque esté más que consciente que al sonar de cada espacio, te vas alejando sin voltear hacia atrás.
Miro el reloj, pasa un segundo. ¿Cuándo empezó la tortura en este juego?
Soplo las velas y estoy a oscuras. ¿Siempre jugaste a derrumbar mi mundo?
Yo solo era un pájaro postrado en una rama, esperando el momento de extender sus alas. Tú fuiste la tormenta que chasqueaba los cielos, despreciando la vida que yo te regalaba.
Hoy ya no hay reloj, ni velas, ni rama, ni cielo, solo quedan huesos y cenizas de azufre, tristes nubarrones de callado desvelo.
Cierra y guarda en tus ojos mi memoria, no me la devuelvas por más que te lo pida, que este clima me invita a regresarte a mi vida, y después de este final, ya no quedan más poesías.