Hoy me preguntaste:
¿Por qué te digo beldad de trigo?
¿Después de que? O ¿por que?
Te dije después de que sacas toda la lujuria
que hay en ti, enalteces el calor de mi cuerpo
hasta sacar humo por las nasales y por mis poros.
Elevas el esfuerzo dominante al concentrar
mis capacidades en un solo objetivo al hacer que
los sentidos estén al máximo de todas sus revoluciones.
Con la vista fijar y detallar cada expresión de ti,
pasar de lo común ocularmente a lo microscópico
de tus átomos, respirar con mis pulmones tú aroma a mujer.
Escuchar cada sonido tuyo en especial tu corazón
degustar con mi paladar el sabor a vino que sale de ti.
Trazar cada parte del mapa que lleva a tú atlas por transcurrir.
Sembraré trigo en todos sus caminos
Y con mi mente describir vocativamente
el amor que se elogia con tigo.