JOSTRIJEZ

SI SUPIERA SU SABOR Y SU TEXTURA

 

Ella es pequeña, y tan hermosa como una ondina,

parece el invento de un ensueño visionario,

o el nítido recuerdo de algún sueño suntuario,

sin embargo, es real, y al mismo tiempo es divina.

 

Impulsiva, según ella, pero sin malicia,

y así me basta. Más no seré yo quien soslaye,

sortilegio alguno en ella ni ningún detalle.

Comenzar con su boca no sería noticia,

 

así que mejor empiezo, esta vez, con sus ojos,

son oscuros, como lo es el propio firmamento,

con la misma luz, y no es el único portento,

su inolvidable sonrisa me pone de hinojos.

 

Sigue su cabello, el complemento perfecto

pareciera el marco de una superlativa pintura.

Sus movimientos hacen que pierda la cordura,

y su voz contiene un enternecedor efecto.

 

Faltan tantos, pero concluyo esto con su boca,

tal desafío a mi vocabulario sofoca.

Quizá, si supiera su sabor y su textura.