albertomorales

Mujer

Eres un templo de placer innato,

una efigie rebosante de curvas,

unos ojos que muestran tu alma,

y la piel tan tersa que quiero me cubra.

 

Eres un manjar a mi celo de macho,

una radiante flor a mi exigente olfato,

un bello amanecer a mis ojos glotones,

el mejor deleite a mi intruso tacto.

 

Anhelo probar esos labios

y beber de tu fuente el licor,

embriagarme inmerso en tu miel corporea,

y terminar impregnado de tu aroma a flor.

 

Embelezar tu alma al llenarte de besos,

hacerme inolvidable al explorar tu piel,

arrancar suspiros desde tus entrañas,

cada que recuerdes, que te hice mujer.

 

 

Alberto Morales Ureña

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