Por esas lilas róseas de añoranzas
 que al reposo tibias se desmayan,
 por cada nombre y rostro conocido
 −sin ver, ni oír, ni rozar siquiera−
 en mil formas paralelos al camino, 
 por esas cosas viejas de purpúrea felpa 
 con el tiempo, holán en mil pedazos,
 por todo migrar de las memorias 
 cual bandada de cadavéricos pájaros.
 Por atmósferas sobrehumanas
 que guardan símil al silencio
 algún secreto, un renunciamiento,
 por el cansancio aquél de lo insoluto
 de los labios que se rinden:
 A pan horneado y a vainilla huela 
 todo humo de las rojas tejas
 que por lírica cordillera su espiral eleva
 y vendrán a lo ideal, las horas venideras, 
 así toda lasitud que la piel recuerda,
 cuánto aromo dormía en sus volcanes 
 cuánto exhalo quedó en vino de violetas.
 VINO DE VIOLETAS
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 Propiedad intelectual Lucero Moscoso 
 Bogotá D. C. Colombia