En el camino andado,
se pueden ver las migas caídas,
de un par de corazones destrozados,
cansados ya de ese caminar rutinario.
Pasos lentos, aletargados,
el cuerpo encorvado ya,
de tanto peso sostenido
en la espalda... y en el alma.
Mirada baja, ojos tristes,
sin brillo alguno, opacos ya,
de tanto llorar, de tanto penar.
Ensimismados en sus propios tormentos,
no ven esa pequeña luz de esperanza
que aún existe en esas vidas
que arrastran bajo sus pies.
Incapaces de verse el uno al otro,
dejan que las nubes negras cubran su cielo,
han permitido que un rayo de desamor,
parta en dos el maravilloso amor que los unió.
Un triste final les espera
a esas dos almas atormentadas
por el odio y el dolor...
¿Volverán a encontrar el amor?
El amor siempre está asomando a tu ventana...
Mira, ahí está... Siéntelo... Vívelo!!!