Sara (Bar literario)

A una distancia que no tiene agujeros

No sé porque no puedo hablar de ti sin perderme...

Sin ahuyentar a la muerte y llamar a sus muertos..

Es de día y  la noche sabe que no te tengo...

Noche de huesos para cubrir a la luna

Noche de tus ojos para mentir a mi alma

que estás aquí

Y no, no puedo tocarte sin presagiarme en el sueño

Caer en el abismo de otra vida

que también, como todo lo bueno

ha muerto, se ha muerto.

Debería hacer de ti, algo sagrado

para venerarte, adorarte como se 

pide a la lluvia, un poco de su cielo

se extraña a la lluvia

de un mar de silencios,

ahogando a la realidad de su recuerdo.

Qué felices éramos

Mis lágrimas son dos besos

que en tu boca, nacieron.

Estás aquí conmigo

en la silleta que cobijaba

a un perro dormido

herido de amor, herido

Tenía una casa,

quiénes jugaban en el patio

sembrando delirios

escuchando al tiempo

ser solo el testigo

de una fe sin pausas

/para no creer/

que en el entierro

se muere el amor

y se queda sin sitio.

Se puede morir de amor

-alquimia del vacío-