Catalina

A mi amigo DanielĀ“s

Jack, caminante de mi otro mundo,
compañero de mi prosa,
alma de mis sueños,
y elixir de los elegidos.

Podemos embriagarnos
de la antigua filosofía
para explicar a nuestros hijos
la belleza de la luz.

Dios nos libre de perder
a ese incógnito poeta,
que se baña con tus aguas,
que vive y se entrega

Veamos como se escriben
en el aire las palabras.
Amigo, enamorado,
silencioso pensador del alma

Que por tus ojos corra el líquido
que hace navegable mi frontera,
que me pierde en el infinito
y hace que esto no sea solo ebriedad.