juan maria

ENCUENTRO

Siendo el gaucho perseguido y maltratado

es tierno personaje

como un capullo del paisaje.

Va ensimismado

en su penoso y atribulado cabalgar

y mientras bebe el caballo en la laguna

con sorbos y sin prisa alguna

el sabe que tiene mucho para pensar.

 

De pronto erguido entre la vegetación

y las totoras al viento

divisa la figura de un indio pampa

que lo esta mirando...

 

Entre los juncos y los pajonales altos

el agua supera el corvejón de los caballos

y los ojos del indio y el gaucho

se enfrentan callados

solos en la inmensidad y sin pelear

porque ambos saben por instinto

que los amenazan fuerzas con intereses

mas fuertes que el destino.

 

Los musculos del guerrero pampa

se tensan

sus pómulos se levantan

su aliento es el viento

y sus ojos están brillando.

 

Gaucho y pampa se están mirando

y en ese instante quedan unidos

por una ley escrita en el cielo y en el alma.

Es un encuentro impensable

para la paz y para la calma.

Pero la intuicion es mas sabia

que la palabra vana.

Hay temblor en ese momento

del enorme silencio

...temblor de la vida

...temblor de los hombres

hay temblor de Dios.

 

Ambos comprenden que allí no esta el enemigo.

Jamás olvidaran el gaucho y el pampa

su encuentro en la laguna

y tiemblan de angustia cuando piensan

que no los dejaron ser amigos

y los destinaron a enfrentarse

hasta que lleguen a matarse.

 

Guarda el gaucho aunque inutil

un sentimiento fraterno sobre el pampa

que enfrentaron por sorpresa

sus ojos extrañados aquel día único.

 

Y siempre cuenta ese encuentro

con amigable dulzura

mientras matea

con los duendes del Rio de la Plata.

 

Y una sonrisa leve acompaña su recuerdo

del encuentro pacifico

con el indio en la laguna

cuando el agua tapaba

el corvejón de los caballos criollos.

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J.m.