Hugo Emilio Ocanto

No me importa perder...(Poema) Grabado

Quédate tranquila, mi amor...

ya te recuperarás,

trata de descansar,

intenta dormir...

He de quedarme a tu lado,

velando tu sueño.

Te sientes agitada,

te calmarás.

Recién acabo de darte tu comprimido.

Descansa, amor, descansa...

silencio, no digas nada, duerme amor...

No te quedarás sola,

siempre he de estar a tu lado, siempre...

Sí, el médico te ha encontrado mejor hoy,

quédate tranquila.

Todo volverá a ser como antes, sí...

duerme, duerme...


(Señor, es una mentira piadosa,

tú me comprendes...)


No me importa perder 

todo lo que tengo,

pero sálvala Dios Médico

de la existencia y del amor.

Perdóname, no quiero hacerte responsable

de su vida.

Si tiene que dejar de existir,

que se haga tu voluntad.


¿Si me eligieses a mí, Señor?

Es tanto mi amor hacia ella,

que no podría resignarme a su ausencia.

No me importa perder nada...

ni mi fortuna, ni mi vida...

Toma mi vida, haz que sea yo

el que deje de existir...

¡Qué locura te estoy diciendo Señor!

Los médicos no me dan garantía

que subsista mucho tiempo,

será dentro de muy corto

tiempo su partida.


Cuando esté contigo Señor, cuídala,

mucho atiéndela en tu Reino.

¡Sabes cuánto la amo!...

¿por qué todo lo que amo

se va pronto, desaparece,

deja de existir?...

¿no merezco la felicidad, el amor?...


Perdóname Señor, por los terribles pensamientos

que a veces tengo por la enfermedad incurable

de mi esposa.

Ella ha hecho por su personalidad y comportamiento,

que haya vivido una vida plena, maravillosa...

Pero los años pasan rápido,

y me parece que fue ayer que nos

unimos para toda la vida...

La vida, la de ella, se va apagando lentamente...

y yo... sin su amor, no tengo ganas de seguir viviendo...


Estoy pecando con un pensamiento Dios...

un pensamiento que tortura mi mente

y mi alma...

Tengo deseos de partir con ella...

Oh, Dios...¿Tú me amas, verdad?

También yo te amo mucho,

ella me enseñó amarte,

mucho más de lo que siempre te amé...

Cuando me uní a ella,

ambos lloramos tanto de felicidad...

y ahora yo...tengo que estar escondiéndome,

para que nadie me vea llorar...


No me avergüenzan mis lágrimas...

sólo que... no sé si podré soportar su ausencia...

¿me amas de verdad, Señor...

y tu Madre también?.

Los amo a los tres...

solo me quedaré contigo

y con tu Madre, María...

Tu Madre Señor, se llama

igual que mi madre, María...

ella se ha ido de este mundo...

seguro estará contigo.


Padre mío, tendré que aceptar

esta amarga verdad...

siento en mi corazón,

la necesidad del amor,

la que se ha de ir junto a Ti y a tu Madre.

Tengo que aceptar una realidad que lentamente

se va acercando, dentro de unos días,

unas semanas más, y la existencia

de ella en la tierra, dejará de ser...

Hago la idea de que ascenderá

hacia donde Tú y tu Madre están...

se unirá a ustedes, y a mi madre...


Y yo me quedaré aquí, en la tierra

que Tú creaste...

no me importa perder...

pero a veces el dinero nada sirve,

si el destino de uno está en dejar esta vida...

comprar la vida... no, no se puede comprar...


Se debe aceptar la muerte...

seguiré viviendo, aunque todo

el resto de mi vida llorando quede...

pensando en mi esposa, mi madre,

en Ti, Señor, y en tu Madre, María...

mi madre también así se llamaba...

quedaré en esta tierra,

amándolos a los cuatro...

Derchos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 17/09/2013)