Nancy Ruiz Lee

A la mujer olvidada

¡Aclaman las plebes

a los héroes de batallas!

¡El estruendo de cañones

ensordece las almas!

¡Que callen los fragores!

¡No alabo las desgracias!

Quiero escuchar el canto

de manos que trabajan,

el suave y firme paso

de quien de amores habla,

de aquellas que consuelan,

de aquellas que hoy aman,

de aquellas que entregaron

vida y genio, olvidadas…

¡Que callen los fragores!

¡Hoy gritan las miradas!

¡Hoy hay verdades claras!

Tus manos han bordado

fina cultura humana,

el fuego en los hogares

mesas aderezadas,

ajuares y vestidos

vendas y frazadas!

¿Quién canta tus hazañas

tan ciertas y olvidadas?

¡Que callen los fragores

de plebes deslumbradas!

¡Dejad que aclame el mundo

a la mujer olvidada!