Miyagui yuyatsi

Censura OnĂ­rica

 

 

 

 

 

 

 

(LEALO DE UN SOLO RESPIRO)

 

El hedor es lo más exquisito

en un cadáver lleno de orgasmos

retóricos como tu lengua lechosa

que dice amor, aun sabiendo que es normal

aplastar un porro de un solo beso

alucinógeno como jubilado

frente a su ex novia

aquella por la que dejó el alcohol

a cargo del segundo apellido

de un boy scout que alimentó

por 23 años a pesar de la envidia

y los cristianos que tocaban su corazón

en las revistas para adultos

que venden a lado de la iglesia.

 

 

Primero recupérate del sueño:

Guayaquil: profusa.

3 de diciembre del 2009

¡Ya despierta!

Había palmeras,

Nos sentamos.

¿Y tú?

El hedor es lo más romántico

en un hotel lleno de armonías

vacías como la sobredosis

inevitable de enamorarte de una prima

que conoces y luego se va.

 

 

La realidad es autista.

Había palmeras, me senté.

Imaginé tantas cosas 

-regadas por la asfixiante hipocresía guayaca-.

Y la palabra espera me sonó tan hueca.

Y la palabra amor me sonó tan dulce.

 

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¡Ya despierta!

3 de diciembre del 2009

La religión ha llenado el vacío

que ella misma se encargó de cavar.

¿Y tú?