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No he podido diferenciar.

No he podido diferenciar

Si el amanecer o el atardecer

es el que se apróxima;

he vivido en un sitio atemporal,

no he tenido miedo, no he tenido hambre:

la luna y el sol pertenecen a la misma

madre; no hay diferencias,

aquí todos somos iguales.

Las sábanas son el mar

y nosotros dos delfines saltando

en la inmensidad de la cama.

No he podido diferenciar

entre el sueño y la vigilia

y es que solo en cierto planeta

encontramos la total falta de conciencia,

la falta de presencia, la falta de ausencia;

solo en cierto planeta experimentamos

una sensual falta de gravedad.

Me enseñaste sin que lo aprendiera

en la lección de las cuatro,

que estar en cierto planeta,

sin dejar si quiera tu cuerpo,

alimenta y renueva el espíritu;

es la prueba fiel y verdadera

de la existencia de Dios:

el despertar en tu cama, en una tarde de lluvia

desnudos hasta la cara, cuando

invocamos con danza y vino

los ritos del amor.

 

José Nájera Colindres.