Reyni rogers

Diminuta.

 

Diminuta apareciste en la tormenta de mis sentimientos

Te hiciste cielo azul, dorado resplandor

Organizando el caos del maldito

Me redimiste con tu presencia bendita

Diminuta llegaste en la grandeza de tu corazón

Y tocaste el mío, arrebatándome el dolor

Diste paz al afligido con mágica sonrisa

Despertando en mi alma vientos de revolución

Dando fin al pasado,

 peso inmisericorde sobre un espíritu cansado

diminuta besaste mi boca seca y fría.

Y con el calor de tus besos

 ardió de nuevo la llama, 

  que creí extinta en mi pecho.