Me resigno al mirarte mujer
y a pesar que tienes marido
no me puedo controlar
y te miro y te deseo
cayendo en la trampa
de tu provocadora mirada.
No puedo mentirte
pero muchas veces
traté de acercarme a tí
y percibir el aroma
que deja tu cuerpo
en esos espacios por donde
te deslizas como una fiera enfurecida.
Perturbado por mi mísera fantasía
dispuesto a todo te he buscado
pero al recibir una migaja
de esa mirada tan profunda
me embriago con los ansias de estar a tu lado.
A través de la ventana tu imágen hermosa he mirado
con mis ojos locos te he desnudado
muchas veces delante de tu marido
en mis fantasías te he devorado
con mis besos salvajemente te he exitado,
mis manos frotaban tu encanto
me quedé dormido en ese abismo profundo
y al final desperté mojado.
Cuántas veces me has provocado
y con tu sonrisa sensual me has embriagado
tembloroso de celos he terminado
plasmado de caricias y abrazos
encima de mi almohada he despertado.
Segundo Castillo
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