LUCIO ROBERTO RAMÍREZ GONZÁLEZ

DESTILANDO PLACER

Cada noche, al sentir tu cuerpo entre mis dedos,
retorna la vida y me siento otro,
cuando tus labios tiernos recorren mi alma,
retorna la vida y me siento otro,
cuando destilas placer, gota a gota,
me siento otro, y retorna la vida.

 

Aspiro el perfume dulce de tus caderas,
inhalo suavemente el vapor que sube,
desde tus pies hasta tu cerebro,
estando desnuda, te desnudo más,
quiero arrancar la piel para ver todo adentro,
entonces, retorna la vida y me siento otro.

 

Mi corazón late hasta las sienes,
mi cerebro no sabe, sólo siente,
mis dedos no sienten y sólo hurgan,
mis ojos no ven y sólo esperan,
el vapor sube de los pies a tu cerebro.

 

Ahora un botón rosado rosa mi vientre,
se prende, una tormenta nuclear,
se agita tu piel, se eriza tu alma,
se sacude tu cuerpo entero,
el vapor llega a su destino,
entonces, retorna la vida y me siento otro.

 

Tu cuello se curva,
tu espalda se curva,
tu cintura se curva,
pero el vapor conoce el camino,
y recorre desde tus pies hasta el cerebro.

 

Un pezón tuyo llora una lágrima blanca,
buscando, cae sobre mi pecho desnudo,
la perla recorre un sendero nuevo,
se desvanece antes de llegar al ombligo,
entonces retorna la vida y me siento otro.

 

Una vez más, casi diez, se repiten,
los vapores, las curvas, las gotas,
los sentires, los ombligos,
las perlas, los sudores, los sonidos,
los gemidos, los latidos,
las respiraciones.

 

Dos cuerpos enlazados,
cuatro piernas cruzadas,
vapores, besos suaves,
miradas casi dormidas,
ojos, sueños, latidos,
entonces retorna la vida y me siento otro.