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210. ¡CONCUPISCENCIA!

Son placeres de la carne

los que rondan a Cupido

cuando apunta tan certero

con su flecha envenenada.

.

El corazón del humano

se apresta a ser codiciado

cuando el dios indicado

selecciona un par de víctimas.

.

Apunta pronto una flecha

que roncando por la estancia

se desliza apresurada

para llevar el mensaje.

.

Desde el trono,

el dios nombrado

envenena con pasión

aumentando la codicia

de los dos promocionados

que entregaran prestos sus cuerpos

al deleitante deseo.

.

El metal ha perforado

dos corazones afortunados,

cupiditas se ha instalado

en la profundidad adecuada,

en el centro de la diana

para allí permanecer

por los tiempos a futuro

disfrutando sin medida

los cuerpos que ha marcado

el anhelo de Cupido

y ya más no escaparán,

hervirán en deseo

más candente que un incendio

que más nunca se apagará,

por el poder de los placeres

a que Cupido los ha condenado,

con su flecha disparada,

quien satisfecho ha quedado

por la unión de aquellos seres

que flechados han quedado.

 

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